Dedicado para ti, y solo para ti.
Tal vez estés ya cansada de todo esto, quizá pienses que tantas muestras de cariño son innecesarias, pero, ¿Sabes una cosa?, necesito decírtelo, mi alma pide a gritos que te escriba; y te preguntarás porque, bien, la razón es muy simple, pero a la vez demasiado intrincada para comprenderla: eres mi luz (puede sonarte algo chocante, pero cariño, esa es mi realidad), ahora no puedo hacer nada sin antes pensar en ti, me has demostrado muchas veces que me quieres, y aunque no siempre me lo hayas dicho con palabras, ya que cada vez que te obligaba a sacar el tema solo conseguía una sonrisa, con lo que me daba por satisfecho,porque para mi eso es mas que suficiente, se que realmente lo sentías y creo que yo también te lo he demostrado. Sabes que he pasado por un mal momento, y lo sabes por que eres la única persona en la que quiero confiar plenamente, me has ayudado muchísimo, sobre todo con esa manía tuya de hasta en los peores momentos sacarme una sonrisa, conoces mis secretos y estas al tanto de todo lo que ronda por mi cabeza, ¿y no es eso suficiente como para escribirte estas líneas y cometer un millón de locuras más?, yo creo que si, pero lo mejor es que no es ahí donde se acaba todo: he sentido cosas muy fuertes por ti, y te engañaría si te dijera que ya no las siento, quizá no de la misma manera ni con la misma pasión de antes, pero siguen inherentes en mi corazón, resistiéndose a ser eliminadas.
Me has despertado querida, me has despertado de un sueño profundo en el que los sentimientos y las emociones no tenían cabida; y te lo agradezco, porque también me has rescatado, si no fuera por ti ahora mismo sería un joven arrogante, hipócrita y lleno de miedos en el fondo.
Y te preguntarás: "¿Soy yo capaz de causar tantos estragos?", pues si, tienes la fuerza suficiente como para poder dominar a cualquiera, y yo he sucumbido, a pesar de que al principio me resistí, y fue en vano.
Pero es cuando miro en la inmensidad de tus ojos marrones cuando me pierdo y acabo encontrándote, porque a pesar de que te escondas detrás de fachadas de dureza o inquebrantabilidad, siempre queda un resquicio, un agujero por el que observar a la niña traviesa y dulce que verdaderamente eres.
Tu pelo me divierte ¿Lo notas no?, sobre todo en las aburridas clases de música donde, gracias a Dios, te sientas delante de mi y me permites jugar con tus rizos color azabache.
Y tus labios me enloquecen, parecen cincelados en piedra caliza. Muchas veces e soñado con besarlos, pero nunca me e atrevido, y ahora me arrepiento.
Debo ir acabando ya esta carta, la tinta del boli se acaba y mi corazón se vacía, y quiero guardarme algo para mi.
Y que mejor forma de acabar, que con una palabra que lo resume todo y lo es todo: GRACIAS.
Tal vez estés ya cansada de todo esto, quizá pienses que tantas muestras de cariño son innecesarias, pero, ¿Sabes una cosa?, necesito decírtelo, mi alma pide a gritos que te escriba; y te preguntarás porque, bien, la razón es muy simple, pero a la vez demasiado intrincada para comprenderla: eres mi luz (puede sonarte algo chocante, pero cariño, esa es mi realidad), ahora no puedo hacer nada sin antes pensar en ti, me has demostrado muchas veces que me quieres, y aunque no siempre me lo hayas dicho con palabras, ya que cada vez que te obligaba a sacar el tema solo conseguía una sonrisa, con lo que me daba por satisfecho,porque para mi eso es mas que suficiente, se que realmente lo sentías y creo que yo también te lo he demostrado. Sabes que he pasado por un mal momento, y lo sabes por que eres la única persona en la que quiero confiar plenamente, me has ayudado muchísimo, sobre todo con esa manía tuya de hasta en los peores momentos sacarme una sonrisa, conoces mis secretos y estas al tanto de todo lo que ronda por mi cabeza, ¿y no es eso suficiente como para escribirte estas líneas y cometer un millón de locuras más?, yo creo que si, pero lo mejor es que no es ahí donde se acaba todo: he sentido cosas muy fuertes por ti, y te engañaría si te dijera que ya no las siento, quizá no de la misma manera ni con la misma pasión de antes, pero siguen inherentes en mi corazón, resistiéndose a ser eliminadas.
Me has despertado querida, me has despertado de un sueño profundo en el que los sentimientos y las emociones no tenían cabida; y te lo agradezco, porque también me has rescatado, si no fuera por ti ahora mismo sería un joven arrogante, hipócrita y lleno de miedos en el fondo.
Y te preguntarás: "¿Soy yo capaz de causar tantos estragos?", pues si, tienes la fuerza suficiente como para poder dominar a cualquiera, y yo he sucumbido, a pesar de que al principio me resistí, y fue en vano.
Pero es cuando miro en la inmensidad de tus ojos marrones cuando me pierdo y acabo encontrándote, porque a pesar de que te escondas detrás de fachadas de dureza o inquebrantabilidad, siempre queda un resquicio, un agujero por el que observar a la niña traviesa y dulce que verdaderamente eres.
Tu pelo me divierte ¿Lo notas no?, sobre todo en las aburridas clases de música donde, gracias a Dios, te sientas delante de mi y me permites jugar con tus rizos color azabache.
Y tus labios me enloquecen, parecen cincelados en piedra caliza. Muchas veces e soñado con besarlos, pero nunca me e atrevido, y ahora me arrepiento.
Debo ir acabando ya esta carta, la tinta del boli se acaba y mi corazón se vacía, y quiero guardarme algo para mi.
Y que mejor forma de acabar, que con una palabra que lo resume todo y lo es todo: GRACIAS.